UNA ASTURIANA EN EL QUIJOTE

Texto escrito por el Catedrático de Lengua y Literatura y Doctor en Filología Románica Fidel García Martínez.

UNA ASTURIANA EN EL QUIJOTE

La valoración que Cervantes hace de la mujer en El Quijote, no solo no es unánime , sino contradictoria. No faltan quienes ven en el genial Manco de Lepanto un redomado misógino, mientras que para otros sería un adelantado feminista antes de tiempo. Tales opiniones sacan a Cervantes de su contexto histórico-cultural. Para una valoración de la mujer por Cervantes no solo se debe tener en cuanta El Quijote, sino sus obras menores como las novelas ejemplares: La Ilustre fregona, La Gitanilla, El Celoso extremeño, un verdadero paradigma de psicología femenina (…)
Cervantes se mueve entre dos mundos opuestos en relación con la mujer: el idealista platónico, representado por Dulcinea, modelo de belleza y bondad, tal como la fantasea Don Quijote, o el mundo realista de Sancho, que solo ve en ella la labradora curtida en las duras faenas del campo. hambruna y sudorosa.
Cervantes nos presenta el poliédrico universo de la mujer de su tiempo: nobles, religiosas, plebeyas, hidalgas, campesinas, busconas, aventureras, sin escrúpulos (…). Destacan algunas como la hermosa pastora Marcela, quien reivindica la libertad de su condición femenina. Dorotea, labradora inteligente, encargada de la hacienda paterna, amiga de la lectura de los libros de caballería, el pasatiempo preferido de las mujeres de su época, como nos cuenta Santa Teresa en el libro de su VIDA. (…) pasa muchos horas del día y de la noche en la lectura de estos libros. También aparecen en El Quijote mujeres vulgares, mozas de ventas y mesones. Un ejemplo es la asturiana Maritornes a la que describe como: ancha de cara, llana de cogote, tuerta de un ojo y del otro no muy sana. Cervantes recurre al sarcasmo total cuando a la presunta gallardía de su cuerpo opone sin compasión: sus siete palmos de los pies a la cabeza; las espaldas que algún tanto la cargaban y la hacían mirar al suelo más de lo que ella quisiera. Esta prosopografía de la moza asturiana le hubiera traído a Cervantes en estos tiempos de lucha de sexos marxistoide serios problemas con la justicia. Muchos de los tópicos que se inventan hoy sobre Cervantes, demuestran que es manipulado. Por eso son muy oportunos los versos del más grande de los modernistas Rubén Dario en su poema Letanía de nuestro señor Don Quijote. (…) de cantos áfanos, recetas que firma un doctor/ de las epidemias, de horribles blasfemias de las Academias/ ¡líbranos señor!