Crónica del acto publicada por Ana Ranera en El Comercio

«Las personas más ricas y famosas son las personas más desgraciadas»
Rafael Santandreu presentó en el Ateneo Jovellanos de la mano del Aula de Cultura su libro ‘El método para vivir sin miedo’

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«Es muy bueno que se hable de salud mental», aseguraba ayer en el Ateneo Jovellanos el psicólogo y escritor Rafael Santandreu, al presentar su libro ‘El método para vivir sin miedo’. Ante él, un centenar de personas prestaba atención a este acto, organizado por el Aula de Cultura de EL COMERCIO, que sirvió para saber que hay problemas que existen y, lo mejor de todo, que se solucionan. «En estos años, desde que escribo, he recibido mensajes de mucha gente que me dice que, gracias a mis textos, han descubierto que eso que ellos tienen lo tiene mucha más gente y que se cura».

Porque de los problemas mentales como el TOC (Trastorno Obsesivo Compulsivo) se sale. «Hay un caso curioso en el libro, el de las hermanas Zapata, que son las gemelas de ‘First Dates’», contaba. «Ellas me decían que ya no podían más con su trastorno de comprobación. Llevaban así desde los doce años y, a los ocho meses de empezar a terapia, estaban curadas».

Hay siempre esperanza, pero hay que saber pedir ayuda y olvidarse de la culpa. «La mejor manera de ayudar a quienes sufren ataques de pánico y TOC es decirles que se enfrenten. Sacarles las castañas del fuego es peor». Tienen que luchar todos los días contra sus miedos y no preocuparse por el incontrolable futuro. «Hay que convencerse de que, suceda lo que suceda, podremos ser felices porque, en cualquier circunstancia, podrá haber cosas maravillosas».

Santandreu pensaba entonces en Germán, un chico que conoció en la cárcel modelo de Barcelona y que aprendió a ser feliz entre rejas. «Era un tío normal que, de vez en cuando, tomaba cocaína, un día le ofrecieron pasar droga a España y aceptó», explicaba. Lo pillaron, entró en prisión y sus primeros meses los pasó entre lágrimas y ataques de pánico, hasta que algo dentro de él cambió. «Pensó que o reaccionaba o se moría. Se puso a estudiar, montó cursos de música y, al cabo de un tiempo, descubrió que la felicidad estaba en no quejarse y aprovechar las oportunidades».

Entrevista publicada en El Comercio por Verónica García -Peña

«La vida simple es la vida buena»
Presenta mañana ‘El método para vivir sin miedo’, de la mano del Ateneo Jovellanos y con la colaboración del Aula de Cultura

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¿Se puede vivir sin miedo? ¿Cómo podemos afrontar y aceptar ese miedo que a veces nos paraliza? El psicólogo Rafael Santandreu nos contó cómo hacerlo en su libro ‘Sin miedo’ (Grijalbo, 2022) y ahora en ‘El método para vivir sin miedo’ (Grijalbo, 2023) se reafirma. Un libro que recoge los testimonios y los pasos que siguieron algunas de las cientos de personas que han seguido su método para aceptar y superar problemas de ansiedad, trastornos obsesivo compulsivos (TOC) o hipocondría. Título que el autor presenta mañana en la Antigua Escuela de Comercio, a las 19 horas, de la mano del Ateneo Jovellanos y con la colaboración del Aula de Cultura de este periódico.

-¿Dónde vive el miedo?

-En nuestra cabeza. Es una maravillosa herramienta que nos alerta de los peligros, pero, a menudo, se desconfigura. Entonces es como la alarma de tu coche que suena a cada rato del día o de la noche y a un volumen brutal. Entonces es una tortura. Pero la buena noticia es que se puede volver a configurar. Los veinte testimonios que salen en el libro superaron unos ataques de pánico, TOC e hipocondría muy fuertes, demostrando que el cerebro es plástico y puede reconfigurarse.

-¿Se puede manejar?

-Todos los testimonios del libro y los de mi canal de Youtube, unos 200, nos explican que, tras su entrenamiento, se sienten mejor que nunca, pletóricos, con ganas de comerse el mundo. Ahora, el miedo para ellos es fácilmente manejable. Algunos hasta se alegran de haber tenido este problema para poder llegar a ese dominio.

-¿Qué es el círculo vicioso del temor?

-El miedo agudo, los ataques de pánico, y se produce porque le cogemos miedo al propio miedo. Y ese miedo produce todos los síntomas. Para detener ese círculo vicioso te tienes que exponer voluntariamente a la ansiedad. Mirándole a la cara, ese miedo desaparece.

-Qué es más peligroso, el miedo que nace dentro o el que viene del exterior.

-El miedo irracional te puede destrozar la vida. Con ataques de pánico se puede experimentar un miedo intensísimo cada día y sin motivo. María José, por ejemplo, uno de los testimonios que comparto, tuvo ataques diarios durante treinta años. Desde los veinte hasta los cincuenta, que acudió a terapia. Tomaba seis o siete tranquilizantes cada día y no salía de casa, pero por fin pudo reeducar a su cerebro. Ahora puede tener problemas y estrés pero no ha vuelto a tener ataques desde hace varios años.

-¿Por qué miramos tanto al pasado cuando nos sentimos mal?

-Podemos pensar erróneamente que la clave de la solución a nuestro problema emocional está en revisar el pasado. Pero el malestar está en el presente, en nuestra manera de funcionar actual. Y eso se puede cambiar.

-¿Aceptar no significa resignarse?

-Al contrario. Aceptamos la ansiedad para minimizarla y superarla. Por ejemplo, de niños podemos experimentar miedo a levantar la mano en clase, pero, si lo haces de todas formas, ese temor se va diluyendo. Es muy posible que, al cabo de un tiempo, te encante participar. Ya eres extrovertido y lo has hecho a partir de la exposición y la aceptación de la ansiedad.

-Hoy en día, los niveles de frustración son muy altos. ¿Expectativas demasiado altas o es que la sociedad es devoradora de posibilidades?

-Tener muchas posibilidades, sueños o metas es bueno. El problema es convertir todo eso en necesidades absolutas. Eso nos mete una presión insoportable. Si no eres delgado, extrovertido, guapo, tienes novia, un piso en propiedad, un gran trabajo, estudios, muchos amigos, estás en forma, sabes idiomas… y 10.000 cosas más, ¡te consideras un perdedor! Eso es absurdo. La vida simple es la vida buena.

-¿Han influido las redes sociales?

-Sí porque mal educan. Vivir en una sociedad opulenta es como conducir un Ferrari. Va tan rápido que necesita un volante y unos frenos de primera. Eso es la educación emocional, en valores, filosófica o espiritual. Y en cambio, se potencia cada vez más la educación tecnológica y nada la interior. A eso se le suma la caída de la religión que aportaba muchos buenos principios de vida. Fíjate que el descalabro emocional es mayor en las sociedades más ricas.

-¿Soñamos, acaso, demasiado?

-El problema no es soñar, sino crearse muchas necesidades absolutas. Tienes que convencerte, hasta el tuétano, de que necesitas muy poco para estar bien. San Francisco de Asís dijo: «cada día necesito menos cosas y las pocas que necesito, las necesito muy poco». O Stephen Hawking, el científico en silla de ruedas, que decía que su parálisis era una minucia. Tienes que hacer un curso intensivo personal en valores, en desapego… como hacían los estoicos en el siglo I en Roma.

-¿Realmente se puede erradicar el miedo?

-Sí. Un ejemplo es el testimonio de las hermanas Zapata, las actrices gemelas que hacen de camareras en el programa ‘First Dates’. Ellas tenían el mismo TOC, una obsesión por la comprobación muy fuerte. Marisa Zapata llegó a estar muy mal y se autoingresó en un centro porque no podía más e incluso pensó seriamente en el suicidio. Ahora, están libres de todo ello y sienten que han vuelto a nacer.

-En su libro hay varias personas famosas…

-Así es. Además de las hermanas Zapata, también sale Carla Bautista, una futbolista profesional. Carla da la cara para ayudar a otras personas. Tenemos que romper el estigma ya porque caer en una trampa mental es lo más normal del mundo e ir al psicólogo es de personas inteligentes.

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