Artículo publicado en El Comercio por PATRICIA MENÉNDEZ:
Crónica del acto publicada por Marco Menéndez en el diario El Comercio
Un homenaje para redescubrir la obra de Pepa Osorio en su centenario
El Ateneo Jovellanos y el Aula de Cultura de EL COMERCIO celebraron la efeméride reivindicando la figura de la simpar pintora gijonesa
Una gran fotografía de Pepa, cedida por su hijo, presidió un acto en el que intervinieron la periodista y crítica de arte Paché Merayo, la historiadora María Teresa Fernández y el escritor José María Ruilópez. Moderó el acto Nieves Viesca. Paché Merayo, redactora de cultura de EL COMERCIO durante 30 años y buena conocedora de la pintora, la calificó como «un ser extraordinario, una persona fuera de lo común y muy peculiar». Recorrió las etapas artísticas de Pepa Osorio y recordó algunos de sus encuentros, siempre con «una sonrisa inmensa y una voz rápida y arrebatadora». A quienes no conocían su obra, apuntó que «siempre trabajaba de manera seriada», es decir, varios cuadros sobre un mismo tema, aunque «la técnica no le importaba tanto como el alma de la obra». Otra de las características que puso sobre la mesa fue que «su jubilosa libertad estaba por encima de todo», así como que «le importaba muchísimo poder entenderse con la gente joven» y «contar su época con su obra y su actitud».
Nieves Viescas aseguró que el de ayer era «un acto para recordarla y reconocerla en el centenario de su nacimiento. Es el momento idóneo para redescubrirla». Y de ello se encargó María Teresa Fernández, quien mostró una serie de proyecciones de varias obras de Pepa Osorio, al tiempo que explicó sus diferentes etapas artísticas. «Es una artista total», aseguró la experta, ya que «llevaba el arte en sus venas y a su vida cotidiana. No solo fue pintora, sino que también fue escritora e hizo murales y vidrieras».
Investigación tenaz
Fernández resaltó que una de las peculiaridades de la pintora gijonesa es que se centraba en «una investigación tenaz técnica y visual sin descuidar su sentido humanista». Y fruto de esa selección temática para realizar sus series de cuadros, como la mina, África, la relación entre el hombre y las máquinas, o entre el hombre y el cosmos, entre otras muchas, unido a esa investigación pictórica hacen que la obra de Pepa Osorio fuera muy variada y con mucha fuerza.
Cerró el acto José María Ruilópez, quien calificó a la pintora como «una mujer singular, salerosa y sorprendente». Reconoció no haber tenido mucho contacto con la artista, pero sí había escrito un artículo sobre ella en el año 2000, con motivo de la exposición ‘África llora’, en la galería Altamira. Ruilópez leyó el artículo y concluyó resaltando que «fue una pintora por vocación, por valor y por ventura».