LA FE Y DEVOCIÓN EN DIOS DE MACHADO

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En Soria conoce Antonio Machado la musa que llegó a ser su principal fuente de inspiración. Leonor Izquierdo, una adolescente. Con la que a su debido tiempo contraerá matrimonio católico en 1902. Los años vividos con Leonor en Soria son la fuente de su intimismo poético, alejado tanto del romanticismo, como del modernismo. En Soria Machado admiró la sabiduría popular en palabras de un humilde pastor cucando le dijo: nadie es más que nadie. Soria fue para Machado el referente de la Castellanía y maestra de Hispanidad. En esta época escribe sus primeros poemas rurales, paisajes sorianos. Los poemas sorianos entre 1903-1907 son básicos en la poética de Machado, en su búsqueda atormentada de Dios, que para Machado es nostalgia de la vida buena, de la soledad del corazón, la sombra de un barco y naufragio. En Machado no es lo mismo el silencio de Dios que la negación del ateísmo. Los años de Soria fueron de tranquilidad y serenidad; de la búsqueda de Dios entre la duda y la ilusión de quien sueña con Dios y se despertaba aturdido. Precisamente en algunos versos parece rememorar su fe de la infancia, como cuando canta: “En Santo Domingo / la Misa Mayor; aunque me decían hereje y masón, rezando contigo, ¡cuánta devoción! La muerte de Leonor, la vive con respeto esperanzado: Dice la esperanza, un día verás, si bien esperas. Ante el sepulcro de su esposa cuando visita el cementerio de Soria escribe: en una tarde azul, subo al Espino donde está tu tierra. Pero la nueva espiritualidad de Machado después de la muerte de Leonor, aparece en Campos de Castilla, en donde con cuatro versos muy significativos e inolvidables, se leen estos sentimientos que expresan una clara dimensión religiosa: “Señor, ya me quitaste lo que yo más quería: Oye otra vez, Dios mío, mi corazón clamando/ tu voluntad se hizo contra la mía/ Señor ya estamos solos/ mi corazón y el mar. El mar para Machado es un símbolo de la inmensidad y la trascendencia, del que Machado ser sirve para significar el Misterio. De su ADIÓS CAMPOS DE SORIA, son estos versos tan expresivos: Adiós, ya con vosotros/ quedó la flor más dulce de la tierra/ Ya no puedo cantaros/ no os canta ya mi corazón, os reza (…))
Fidel Garcia Martinez

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