Ayer, 4 de noviembre, el Ateneo Jovellanos rindió un recuerdo emocionado e íntimo al gran pintor gijonés Evaristo Valle, artista transversal, en una faceta de su personalidad artística como escritor apenas conocida por el gran público, excepto por aquellos como el poeta y escritor, además de teólogo José Marcelino García, quien siente por el autor de Oves e Isabel una admiración próxima a la devoción. Presentó el acto el Presidente del Ateneo Álvaro Muñiz, agradeció al conferenciante, su entrega y generosidad para con el Ateneo. Presentó al ponente el conocido poeta Sr. Mingotes, quien huyendo de los tópicos recurrentes, hizo una loa del Marcelino García sentida, recordando algunas de las buenas acciones que lleva a cabo con la más absoluta normalidad, como son lavar los pies de los ancianos de Somió, así como poner flores en la tumba de Evaristo Valle, que pocos gijoneses saben dónde está. Con verbo brillante, sentido y cortado por la emoción Marcelino García, brillante y convincente fue contando la historia del fracaso de una novela hermosa, patética en su tiempo y olvidada hoy. Evaristo Valle ante el fracaso de ventas de su gran novela, optó como protesta y apuesta arrojar a nuestro mar Cantábrico el fruto de su pluma. Quedó bien demostrado que Evaristo Valle no sólo es una gran pintor, sino un brillante novelista, sometido a un olvido innecesario que empobrece la vida cultural de Gijón.

Fidel García Martínez

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