Texto escrito por el Catedrático de Lengua y Literatura y Doctor en Filología Románica Fidel García Martínez.
EL MESÍAS ES PASCUA DE RESURRECCIÓN
Se impuesto una moda entre la considerada música clásica: interpretar el oratorio más espectacular y conocido, El Mesías, en los tiempos de Adviento, próximos a la fiesta de la Navidad. Lo que supone privar a la gran obra de George Frederic Haendel de su verdadero significado y sentido, que no es celebrar la Natividad de Cristo, sino el misterio fundamental del Cristianismo, la Resurrección, del que es una versión musical teológica y bíblica total, como se desprende de los textos en los que se basa la composición musical, como el grandioso ALLELUIA, que se utiliza para todos clase de eventos inclusivo deportivos y el no menos AMEN final, que celebra el triunfo del Cordero Inmolado. Muchas de las versiones que se repiten del genial Oratorio lo reducen a una especia ópera sin el significado, que plasmó en el libreto, Charles Jenney. La primera vez que se interpretó en público el Mesías de Haendel no fue en la anglicana Londres, donde mal vivía Handel los días previos a su composición, sino en la católica capital de Irlanda, Dublín, el Domingo de Resurrección de 1742. Como comenta uno de sus mejores directores, Harry Christofer, el momento cumbre está al final de la segunda parte el apoteósico Aleluya: Cristo es El Rey de Reyes, El Señor de los Señores. La Primera parte está centrada en el Antiguo Testamento, llegada del Mesías, según los profetas, especialmente Isaías. En la segunda se narra la Pasión de Cristo en la que Handel utiliza unos tonos musicales en la que priman el dolor atroz, el sufrimiento y la muerte de Jesucristo , abandonado despreciado, rechazado y objeto de burlas y escarnio al pie de la Cruz por sus poderosos enemigos. La Tercera parte está centrada totalmente en el misterio básico y total del Cristianismo la Resurrección y culmina con el himno triunfal del misterioso y sagrado libro del Apocalipsis, que Hollywood manipula para el terror y la devastación planetaria, casi como la que ha sufrido Asturias con los catastróficos incendios. Alguien en La Nueva España ha hecho una descripción en la que ha hablado de desesperación, pesadilla e infierno. En el Mesías de Handel finaliza con el Triunfo del Cordero Degollado:
“que es digno de recibir el poder, la riqueza, la fuerza, la sabiduría el honor y la alabanza”. Que se sella con un poderoso, largo y triunfante AMEN.
