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Texto escrito por el Catedrático de Lengua y Literatura y Doctor en Filología Románica Fidel García Martínez.

Siguiendo su conocida tendencia a la simplificación de todo lo que cae en sus manos, AMAZON nos ofrece un pupurri de violencia, erotismo y batallitas que tiene como titulo EL CID, la antítesis total del grandioso film protagonizada por Sofía Loren y Ch. Heston; tampoco  tiene que ver con el histórico y mucho menos con el majestuoso cantar épico Mio Cid, que no se puede entender ni en la forma ni el fondo sin los estudios de Menéndez Pidal y su prestigiosa escuela. La serie no respeta las estructura tripartita de las obra literaria: El Cantar del destierro, con el que se inicia, El Cantar de las bodas y el Cantar de la afrenta de Cortes, todo narrado con un realismo vigoroso y creíble mucho más que la parodia de la serie. Este realismo, se manifiesta en la caracterización de los personajes, así como en las heroicas batallas, o en la descripción de los detalles de la vida cotidiana: según Menéndez Pidal afirmó, por el Poema se conoce mejor a Rodrigo Díaz de Vivar que en la Crónicas: el juglar nos presenta al CID heroico en las batalla, humano afectuoso en la vida personal y familiar, fiel al monarca: un héroe no mitológico según los esquemas del Superman de Hollywood. El Poema tiene además un gran valor histórico, excepto en algunos episodios secundarios como el del león. Además de un extraordinario valor literario, tiene el Cantar de Mio Cid un valor representativo. Se ensalza al Campeador frente a las arbitrariedades del poder real, objetivo del poema y responde al sentir de la Castilla Medieval. La exclamación del Juglar tiene plena sentido después de la vulgarización de AMAZON: “Dios, que buen vasallo si hubiese buen señor”

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