Texto escrito por el Catedrático de Lengua y Literatura y Doctor en Filología Románica Fidel García Martínez.

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Don Ángel Garralda disertó con brillantez y solvencia en una magnifica conferencia en el Ateneo Jovellanos sobre la causas y consecuencias de la persecución religiosa en Asturias, centrada en los Mártires de Nembra. Fue él quien con su entusiasmo y dedicación se encargó de aportar toda la documentación necesaria para la Beatificación de los Mártires. El ponente estuvo presentado en aquella ocasión por el sacerdote D. Vicente Álvarez con la participación del integrante de la Junta Directiva D. Rafael Loredo.
Don Ángel se volcó con la emigración venida de diferentes lugares de España, a trabajar en condiciones penosas en la construcción de Ensidesa, por lo que fue tachado entonces de cura rojo por algunos sectores de la sociedad avilesina. Luego durante los primeros años de la corporación socialista fue injustamente acusado de todo lo contrario, sin justicia y sin razón. Fue don Ángel el gran animador de la religiosidad popular avilesina, que tuvo su máxima expresión en la Semana Santa, de la que fue su más fiel y comprometido iniciador guardián y celoso capellán. Las procesiones de los Sanjuaninos, de la Bajada de la Cruz y Santo Entierro (…) como las Fiestas de la Cofradía del Bollo por la Pascua de Resurrección, así lo atestiguan. Sus estudios sobre las Fe y costumbres de Avilés son clásicos en la Historia de la Villa de Pedro Menéndez, Conquistador de la Florida. Tema sobre el que el pintor avilesino Favila presentó una magnifica obra artística en el Ateneo Jovellanos.
Pero el servicio más grande que Don Ángel Garralda ha prestado a la Iglesia Asturiana, ha sido su esfuerzo meticuloso y riguroso para aclarar después de un silencio y olvido clamoroso, y con críticas injustas la historia de los mártires asturianos de la Guerra Civil. Su trabajo «La Persecución Religiosa del Clero Asturiano 1834-1936 (Martirios y Odiseas,)» es el análisis más completo sobre este hecho histórico cruento asturiano. Don Ángel asumió como deber rescatar del olvido la historia sangrienta vivida nunca por la Iglesia Asturiana. Don Ángel Garralda vio coronado su duro trabajo de investigación, cuando el Papa Francisco proclamó que los mártires asturianos debían ser reconocidos como bienaventurados. La Beatificación de los mártires , como confesó Don Ángel, supuso para él uno de los grandes fines de su vida sacerdotal y morir en paz. Lo que se ha producido el día 3 después de una larga vida sacerdotal (DEP).

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