Texto escrito por el Catedrático de Lengua y Literatura y Doctor en Filología Románica Fidel García Martínez.
Uno de los políticos e intelectuales más brillantes de la historia moderna de España es es sin duda J. Vázquez de Mella y Fanjul, nacido en el corazón político-religioso de Asturias, Cangas de Onís (8 de junio 1861). El sectarismo político le arrebató su merecida calleen Gijón. Periodista de raza y extraordinario orador. Curso estudios en el célebre Colegio de Valdediós, un referente de la mejor educación integral asturiana. Estudió Leyes en la Universidad de Santiago de Compostela. En Madrid colaboró en El Correo Español de Madrid y adquiere fundada reputación como periodista y orador brillante en temas políticos sociales y religiosos. Vázquez de Mella es figura excelsa de Asturias y del Catolicismo, varón justo y eminente que busco siempre la verdad. Como escribe un biógrafo suyo: la Religión , España y Asturias fueron sus excelsos amores, a los que consagró su vida toda hasta su muerte en la mañana desapacible y cruda del 26 de febrero de 1928 la Iglesia y España, unidas en el mismo pesar y duelo, le condujeron hasta la eternidad feliz.
Desde sus infancia vivió su pasión por Covadonga: “ardían dos llamas la de la virtud y del honor, que se levantaban muchas veces melancólicas en mi memoria. La muerte la extinguió, pero sus últimos resplandores brillarán siempre en mi memoria para alumbrarme el camino de la vida. Cuando yo había llegado a las fronteras de la muerte, que extendía sus alas negras sobre mi frente, las oraciones de mi madre me salvaron y, cumpliendo una promesa, subió de rodillas las largas escaleras que conducen a la gruta de Covadonga, ofreciéndome a la Virgen como un exvoto para que no vacilará nunca mi fe, ni me faltase su amor; y cuando mi madre murió, al darme como último adiós su escapulario, parece que delegó en éste su maternida.»
Su pasión por Covadonga era tan grande que después de la primera guerra mundial, ante el desastre que intuía con la terrible amenaza de la Segunda Guerra Mundial escribía: Si esta Europa, no ha de morir, nosotros permaneciendo como núcleo incontaminado, fiel al espíritu de Cristo podremos ser su Covadonga, pues quedaríamos en mdeio del rebajamiento general como las pirámides de tierra que se dejan en los desmontes para medir todo lo que baja de nivel.
Lo peor que le puede acontecer a la Asturias real e histórica, es volver a los mitos marxistas de la lucha de clases y al fin de la historia. Frente al revisionismo sectario se impone la historia real de los hechos