Crónica del acto publicada en el diario EL COMERCIO por  PABLO ANTÓN MARÍN ESTRADA:

Un cielo estrellado sobre un planeta oscuro
El periodista Adrián Ausín presentó en el Ateneo Jovellanos su novela ‘El buen Salvaje’, una alerta sobre los límites sin control de la era digital

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Tras haber sorprendido y hecho disfrutar a los lectores de todos los paladares con su descacharrante debut literario ‘Cilurnigutatis Boulevard’ (2021), el periodista de EL COMERCIO Adrián Ausín (Gijón, 1967) invita a la reflexión colectiva en su segunda novela ‘El buen salvaje’ (Amazon). Ayer la presentaba mano a mano con su amigo y colaborador de este diario, el poeta Miguel Mingotes, en un acto organizado por el Ateneo Jovellanos en la Escuela de Comercio.

El autor desveló que una vez concluida la escritura del anterior título, «un disparate de muchas risas con el cine como hilo conductor y Gijón como protagonista de fondo, me pareció oportuno y necesario pisar tierra para analizar no lo que puede pasar en esta ciudad, sino lo que está sucediendo en el mundo y que nos tiene en vilo». Las informaciones sobre la viabilidad cercana de una tecnología capaz de conectar internet con nuestro cerebro llevaron a Ausín a emprender este nuevo proyecto narrativo que pretende ser, afirmó, «una voz de alarma sobre algo que me parece aterrador, pero no envuelta en la forma de un ensayo científico, sino de un relato que intenta ser ameno y divertido acerca de lo que podría ocurrir si se produjese una desconexión global». A su lado, Mingotes -que celebraba su cumpleaños- se removía en su asiento y verbalizaba una de las muchas inquietudes que deja la lectura de esta novela: «Pero eso no será obligatorio…». La posterior respuesta del periodista no resultó tranquilizadora, al recordar que ya países como Chile se han planteado legislar sobre la manipulación tecnológica del cerebro.

Frente a esa nueva vía de agua por la que, según el símil de Adrián Ausin, el barco de la humanidad podría naufragar y que se sumaría a las ya abiertas en el casco de la nave -«Las armas nucleares, el cambio climático y la amenaza de virus creados en laboratorio», el ser humano aún dispone de la libertad de «tumbarse en el campo a contemplar el cielo estrellado y reflexionar si hay que cambiar las cosas». Esa es la imagen que el autor descubrió en un cuadro de Anselm Kiefer ‘Las célebres órdenes de la noche’, mientras visitaba el Guggenheim de Bilbao, casi la misma con la que comienza su novela, escrita meses antes. Un cielo casi blanco de estrellas iluminando la oscuridad es el que está disfrutando el protagonista del relato, Arno, en las primeras líneas de ‘El buen salvaje’ y que ha captado en la ilustración de portada el pincel de Inmaculada Álvarez. «¿A qué huele tu historia?», preguntó desde el público, la escritora Verónica García-Peña. «A campo, a río, a fuego encendido en una cabaña», respondió Ausín. Ese es el destello de esperanza y alerta que transmite su novela. «Una historia sobre el peligro que se avecina: la deshumanización de los seres humanos», en la certera definición de Miguel Mingotes.

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