DON JUAN TENORIO VS HALLOWEEN
Durante siglos la gran cultura católica en la tradicional “noche de ánimas”, la que va de “Todos Santos” al día de los “Fieles difuntos”, se representaba en muchos pueblos y ciudades, por profesionales del drama, o por aficionados, la aventuras y desventuras de uno de los grandes mitos de la literatura universal, el Don Juan Tenorio de José Zorrilla, que en el Siglo de Oro había anticipado con más precisión literaria y teológica Tirso de Molina con su Burlador de Sevilla. El público salía del teatro conmovido y emocionado, repitiendo con entusiasmo los versos memorables del Drama Romántico por excelencia. En estos estos tiempos de cultura posmoderna y líquida se ha analizado el Tenorio de la forma más grotesca y obscena, prescindiendo de su fuerte contenido teológico en el que se plantean las postrimerías humanas: muerte, juicio, infierno y gloria, cuando gracias a Doña Inés , la novicia seducida, Don Juan proclama arrepentido y convertido: “más es justo y notorio, que pues me abre el purgatorio, un punto de penitencia es el Dios de la Clemencia, el Dios de Don Juan Tenorio.La dura colonización wokista que padece España llegada de USA, aireando la reaccionaria y falaz leyenda negra, ha conseguido que no solo entre los pequeños, sino entre las mayores se esté imponiendo el carnavalesco anticipado Halloween, con toda clase de parafernalias demoníacas llenas de cuernos, sangre y terror. Estos engendros cadavéricos son aportaciones llegadas del Atlántico, mientras allí profanan tumbas y decapitan estatuas, como la de gran evangelizador de lo que era Nueva España México. San Junípero de Serra.
Pero en la memoria de la cultura popular más genuina, a pesar de la intensa propaganda cosmética chabacana del horror y mal gusto, siempre perdurarán los versos de Doña Inés llegados desde la ultratumba: “Yo mi alma he dado por ti /y Dios te otorga por mi tu dudosa salvación. Misterio en que en comprensión/ no hace de criatura/ y en solo vida tan pura los justos comprenderán/ que el amor salvó a Don Juan/ al pie de la sepultura”
Fidel García Martínez

